EL LLAMAMIENTO DE LA ILUSIÓN

Como miembro del llamado Llamamiento 2011, y sobre todo como ciudadano, he querido escribir unas líneas para reafirmar las razones por las cuales debemos presentarnos a las elecciones municipales. Las dudas que tenemos son razonables y existen argumentos para defender la no participación en un proceso electoral, pero también existen muchas a favor.

La primera es que las elecciones son una oportunidad política para expresar públicamente lo que pensamos, que además es coherente con lo que hacemos. Hemos seguido un proceso de debate y creo que las dudas se deben más a la incertidumbre, que a un riesgo real. Exactamente, ¿qué tenemos que perder? ¿Vamos acaso a llevarnos un batacazo electoral?, ¿batacazo desde donde? ¿O es que vamos a arruinar la carrera política de alguien? ¿Qué tenemos que esperar? ¿Cuándo se darán las condiciones? ¿Cuánta masa social es suficiente?.

Ha quedado claro que para nosotros, las elecciones son una herramienta más (y no un fin en si mismo), que unido a las acciones, los debates, o las charlas con vecinos y amigos conforman la POLITICA, una hermosa palabra que ha sido denostada por las actuales personas que están en el panorama de los partidos. ¿Vamos a decirle a la ciudadanía que participamos en toda la política menos en las elecciones?

Esto me lleva a la segunda razón: La regeneración política. Tenemos que salir a la calle y decirle a la gente que se puede gobernar, estar en las instituciones o debatir de otra forma, que al margen de aciertos y errores, la ciudadanía debe participar en la vida pública por la igualdad y la equidad social. Que la desfachatez con la que los partidos meten imputados por corrupción en las listas electorales debe acabar, así como esa sensación de impunidad e impotencia de “todos son iguales o no se puede hacer nada”.

Ese clientelismo, esas peleas continuas, esa división estéril… Algo nuevo en definitiva.

Presentémonos sin dramatismos, pero con rigor; sin miedo, pero con las ideas claras; abiertos, pero con límites.

Cuando lo hagamos, tendremos que hacerlo con un realismo entusiasta e ilusionante, porque a la gente no le vamos a pedir una papeleta en una urna; les vamos a pedir confianza. Confianza en algo nuevo para construir entre todos nuevos modelos. Un riesgo para el votante, una responsabilidad para nosotros. Una responsabilidad ilusionante.

Fdo: Cecilio Sánchez Hita