Llamamiento hacia un nuevo modelo financiero

El sistema financiero no funciona de la manera aséptica, neutral o apolítica como se nos presenta desde las diferentes instancias del poder. Al contrario, el sistema financiero, como un engranaje más de la estructura económica, es también político, así como lo es social y ambiental. La actual crisis global del capitalismo, tuvo su punto de inicio en una explosión de una burbuja financiera a todas luces insostenible. Tras un breve periodo de incertidumbre, los estados miembros del G8, con Rodríguez Zapatero de “palmero invitado”, asumieron sin fisuras el discurso socialdemócrata keynesiano, como el agua redentora que los expiraría de sus excesos neoliberales pasados. Sin embargo, este maná liberador socialdemócrata pronto se fue diluyendo y de la “refundación del capitalismo”, se pasó al fortalecimiento del capitalismo más neoliberal al mejor estilo estilo Thatcher o Reagan de los “gloriosos” años 80. El sistema financiero, pasó de ser el culpable y el “malo” al que regañar y castigar, a ser el sector al que ayudar para poder reflotar nuestra economía, eso sí, por encima de cualquier consideración ética, social y por supuesto ambiental.

En poco más de tres años, hemos pasado de la refundación de un capitalismo obsoleto y de la nacionalización de las entidades financieras perniciosas a la privatización sin tapujos de la exigua banca pública que aún manteníamos en forma de cajas de ahorro, pasando por cuantiosísimas ayudas públicas a la banca privada con el fin de mejorar su liquidez.

Ante un panorama de absoluta connivencia entre los poderes políticos y financieros especulativos, no podemos quedarnos como meros espectadores críticos. Tenemos que dar un salto cualitativo como personas y como colectivo, apoyando y promoviendo proyectos disidentes con el sistema financiero tradicional. Proyectos que ya están en marcha y que poco a poco se hacen un hueco a través de un trabajo de base, a pequeña escala, pero sobre todo, honesto y consecuente con la justicia social y ambiental. Por ello, desde “Llamamiento. De salida, en ruptura con el capitalismo” apoyamos y promovemos las iniciativas y proyectos ligados a los principios de la denominada Banca Ética. Una banca al servicio de las clases populares, de los movimientos y organizaciones sociales, que rechaza la especulación, el mercantilismo y el desarrollismo de la banca convencional. Una banca que, si tiene el calificativo de ética, es por su compromiso con la participación real de sus componentes, por la transparencia y por la coherencia con sus principios.

CESAR GARCIA GARCIA-CONDE